Cómo usar las plantas medicinales
Voy
a hablar de una duda que me plantean muchas veces en la
farmacia, y creo que la gente en general no tiene muy claro donde
encuadrar las plantas medicinales dentro de la terapéutica y como
usarlas.
Con
cómo usarlas no me refiero si capsulas, liquido, inclusión, o cualquier
otra forma farmacéutica en las que pueden presentarse, sino me quiero
referir a cómo se enfrenta una persona al uso, y quiero hacer hincapié
en el mal uso, de las plantas medicinales, ya que es un tema que me
apasiona y me preocupa la falta de información de la gente en este
ámbito.
Así
tenemos que poner unas bases con las que trabajar esta idea, y es que
la gente me comenta que las plantas medicinales son mejores porque no
son química, porque es algo natural que no puede hacerles daño, creen
que la dosis (concentración del componente activo, o principio activo)
no hay q tenerla muy en cuenta ni la posología (tomas al cabo del día).
Todas
estas afirmaciones que se creen obvias son falsas, ya es un extracto de
una planta tiene tanta química como una pastilla, ya que la pastilla se
sabe exactamente lo que lleva al 100%, y una infusión que te hagas en
casa tiene una composición desconocida. Se presupone lo que lleva, los
componentes que tiene la planta en concreto que pasan al agua en el
hervido, pero no se puede saber la concentración de los distintos
componentes, sólo si el vendedor le ha hecho una prueba a la planta que
vende donde te dice que los componentes activos rondaran sobre una
cifra. Estos son los únicos que me merecen respeto, porque de otro modo
no sabes qué te estás tomando. Ya lo trataré más afondo en otra entrada.
Respecto
a que una planta por ser algo natural no hace daño no es verdad, claro
que no es lo mismo hacerte una manzanilla que una tila o tomarte una
infusión, por seguir con la misma forma farmacéutica, de hipérico. De
una manzanilla te puedes tomar casi lo que quieras, y como quieras, de
una tila ya hay que tener más cuidado porque te puedes relajar
demasiado, también según lo que nos afecte a cada uno, y el hipérico, es
una planta ansiolítica, antidepresiva que no deja que funcionen en el
organismo otros medicamentos, los anula, principalmente, antivíricos.
Así que cuidado.
No
quiero con todo esto meter miedo ni mucho menos, lo que quiero es
concienciar a las personas de que una planta medicinal puede ser tan
beneficiosa o perjudicial como un medicamento que nos recete el médico,
así que por favor, precaución, informarse antes de tomar a lo loco
cualquier cosa.
Quiero
puntualizar también que no es lo mismo comprar un planta en una tienda
que en otra, y digo tienda, para abarcar todos los lugares donde podáis
comprar una planta medicinal. Intentar siempre que el producto
identifique el principio activo y la dosis que contiene, y que haya
tenido un control de calidad adecuado, o preguntarle a la persona que os
atienda.
También
estas personas no tienen por qué saber de las propiedades de las
plantas, me pasó en una herboristería que la chica no sabía porque el
médico le había recomendado a una señora cola de caballo para bajar la
tensión si es un diurético, y una técnico de farmacia a lo mejor no te
avisa de que el sen o la cáscara sagrada son laxantes muy agresivos como
para tomarlos a diario.
Comentarios
Publicar un comentario